Alimentación, Conciencia, Creatividad, Ecología, Salud natural

Ivo Caslin: esplendor en la selva

“Siempre se pueden encontrar alternativas que, además de ser respetuosas con el medio ambiente y los animales, sean fáciles de realizar”

De padre catalán y madre alemana, Ivo Caslin (Barcelona, 1964) ha llevado durante gran parte de su vida una existencia bastante convencional hasta que, al llegar a los 45, algo lo cambió todo: su conciencia por el respeto de la vida animal empezó a despertarse con fuerza a raíz de un video en el que unos polluelos eran industrial y despiadadamente sacrificados en una máquina trituradora. El shock que experimentó fue tal que, ese mismo día, se deshizo de todos los huevos que tenía en la nevera y decidió hacerse vegano. Y a partir de ahí, la necesidad de dar un giro radical a su vida, deshaciéndose de superfluas comodidades materiales y entregándose sin reservas a la naturaleza, no dejó de ir en aumento.

Fue así como, fruto de esa apremiante inquietud, acabó estableciéndose en un remoto rincón de la selva panameña, donde actualmente vive en completa armonía con el medio que lo acoge y donde los retos y los logros para llevar una vida lo más sostenible y autosuficiente posible no han dejado de sucederse. Así, se sirve de la energía del sol y el agua de la lluvia y del mar para llevar a cabo la mayor parte de sus actividades cotidianas, entre las que destacan el acondicionamiento y mantenimiento de la cabaña y la parcela donde vive, el cuidado de los animales que comparten su mismo hábitat, el hecho de llevar plantados ni más ni menos que 20.000 árboles o la recolección de los diversos alimentos que conforman la base de su creativa y sabrosa dieta vegano-frutariana. Y por si todo esto fuera poco, Ivo no genera residuos no orgánicos de ningún tipo y espera pacientemente el momento idóneo para poder materializar su soñado proyecto de santuario para el cuidado y la recuperación de la rica fauna que puebla el lugar.

Asimismo, a pesar de haberse habituado sin problema a la soledad, nuestro protagonista mantiene contacto con un gran número de personas interesadas en su estilo de vida a través de dos populares grupos de Facebook que él mismo administra, unas particulares ventanas al mundo que le sirven de motivación añadida para seguir adelante con sus descubrimientos y aprendizajes y poder satisfacer así las inquietudes que de todas partes le llegan. Con todo, en un momento en el que cada vez más personas están sintiendo la imperiosa necesidad de recuperar el contacto más cercano con la naturaleza, el ejemplo de Ivo supone una gran inspiración a la hora de no perder la esperanza en que otro tipo de mundo, mucho más sostenible, amoroso y respetuoso, aún sigue siendo posible.

¿Quién es Ivo Caslin?

Me considero una persona de lo más normal y corriente que un día tomó la decisión de irse a vivir a la naturaleza…

¿Cómo definirías la vida en la selva?

Como algo maravilloso. Es un lugar donde hay mucha paz… A menudo muchas personas suelen tener miedo a la naturaleza, a la selva y a los animales, pensando en todas las cosas que te pueden pasar aquí sin ser conscientes de los peligros que acechan en la ciudad. Cuando en realidad, en comparación, hay muchas más probabilidades de que te atropelle un coche a que te pique una serpiente… Los riesgos en la selva son muy relativos, y es algo con lo que se aprende a vivir sin problema. Para mí, sin duda, el estilo de vida moderno que se lleva en las ciudades es mucho más peligroso.

¿Cuándo empezó tu fascinación por el medio natural?

Ya desde bien pequeño me gustaba mucho el contacto con los animales y perderme en la naturaleza… Ahora bien, al ir entrando en la vida adulta, con el trabajo y todas las obligaciones, me pasó lo que a muchos; sin darme cuenta, me fui apartando de aquelllo que somos, que en el fondo no deja de ser naturaleza…

¿Requiere un gran esfuerzo ser autosuficiente?

Mucho menos de lo que habitualmente se suele pensar. Quizás al principio sí que se requiere un cierto esfuerzo para organizarte bien, pero después todo va saliendo… Lo que más se necesita es constancia. Ahora bien, estoy convencido de que es algo que cualquier persona puede llegar a hacer si de verdad se lo propone. Yo mismo al llegar aquí no sabía prácticamente nada… Pero el interés, el no cansarte de preguntar, y sobre todo, la necesidad, te acaban llevando a resolver todas las cosas.

La voluntad lo puede todo…

Por supuesto. Si somos capaces de enviar naves al espacio, en realidad somos capaces de cualquier cosa. Ahora bien, lo que no dejo de preguntarme es por qué si tenemos tanta capacidad, no conseguimos vivir en armonía con el planeta…

Cada vez parece más evidente que, para empezar, no hay voluntad política…

La clase política vive completamente instalada en la ansiedad y alejada de lo que es más natural. No conozco ningún político que sea vegano o que quiera velar abiertamente por los derechos de los animales… Sólo parecen interesados en maquillar la realidad y quedar bien. Está claro que esto ya no se aguanta… Espero que el cambio no tarde en llegar.

¿Cómo combatir el desánimo que genera tanta inacción?

Con la propia acción. Si todos nos concienciáramos en poner ni que fuera un poco de nuestra parte, el mundo sin duda cambiaría… Y si además de las acciones en nuestra vida cotidiana, podemos poner también el empeño en divulgar y compartir después ese espíritu de cambio, pues mejor que mejor. Pero siempre sin caer en poner el foco en lo que hacen los demás… Perdemos mucha energía en eso cuando en realidad es algo que se nos escapa. El gran poder reside en darnos cuenta de que lo que sí que tenemos es la capacidad de ejercer el control sobre nuestras propias acciones. Y a partir de ahí, que cada uno haga lo que pueda.

¿Puedes mantener una perspectiva optimista a la vista de cómo están las cosas?

En general puedo decir que sí, ya que tengo muy claro que todo esto va a cambiar. Ahora bien, o somos nosotros los que nos ponemos decididamente manos a la obra con el replanteamiento de nuestra forma de consumir y el respeto a la naturaleza y los animales, o será la propia naturaleza la que se encargará de ello de una forma mucho más traumática…De hecho, es algo que ya hemos visto que ha empezado a suceder. Si no empezamos a cuidar decididamente de nuestro medio, los problemas serán cada vez mucho peores… No obstante, ya sea de una forma u otra, la naturaleza siempre acabará por ganar.

¿Crees que acabaremos despertando a tiempo?

Ojalá… Pero por nuestro propio bien como especie y sociedad, ya que a la Tierra en el fondo no le va a pasar nada… En realidad, más allá de lo que podamos estar perjudicando al planeta, nos estamos haciendo daño a nosotros mismos. Es por eso que, en este sentido, ya no hay alternativa, y espero que no tardemos mucho más en darnos cuenta…

¿Por qué dirías que todavía hay tanta inconsciencia respecto a la crisis medioambiental?

Yo creo que en general sí nos damos cuenta pero aún tiene un gran peso la comodidad, cuesta mucho decidirse a dar el paso para salir de la zona de confort…

¿Cómo ves la labor de los movimientos ecologistas?

Me parece mayoritariamente muy buena, aunque no consigo entender cómo puede haber todavía algunos de ellos que no se tomen suficientemente en serio el respeto de la vida animal. Cualquier forma de vida merece respeto, así que cualquier movimiento ecologista, si de verdad quiere llamarse así, debería proteger a la naturaleza en su conjunto, dejando que sea ella misma la que, por sí sola, pueda ir encontrando su propio equilibrio. En cualquier caso, cualquier acción que se realice en beneficio real de la naturaleza, siempre será algo positivo.

¿Consideras que la conexión con la naturaleza es la principal fuente de sanación?

Por supuesto. No podemos pretender sanarnos con una pastilla si mientras tanto nos estamos alejando de aquello que somos. Eso no funciona… Sin duda, si nos cuidáramos mucho más en armonía con la naturaleza, nuestra salud no dependería tanto de médicos y medicamentos.

¿Qué acciones crees que sería necesario adoptar para poder llevar una vida más en armonía con la naturaleza, sobre todo en los entornos más alejados de ella?

Considero que hay tres aspectos que son básicos: hacerse vegano, adoptar una alimentación de proximidad y lo más natural posible, es decir, prescindiendo de alimentos procesados y envasados, y ser minimalista, o lo que para mí es lo mismo, consumir lo menos posible. Para mí, tampoco tiene demasiado sentido querer ser ecologista y llevar una alimentación que te obliga a estar reciclando envases constantemente o que te hace consumir productos procedentes de otros continentes. No necesitar tener, como yo, un cubo de basura en casa es algo que no tiene por qué ser complicado… Así, por ejemplo, no puede haber nada más sencillo que comprar una lechuga y llevártela en tu propia bolsa sin tener que desechar posteriormente nada.

¿Y si se quiere ir todavía un paso más allá?

Pues a todo aquel a quien realmente quiera vivir en un planeta más verde y saludable, con alimentos para todos y sin venenos ni contaminación, yo le animaría a empezar a plantar, aunque sea en su propia terraza, en una maceta, en el jardín… Ni que sea en un terreno abandonado o en la parcela de algún familiar… Allí donde se pueda. No podemos exigir un mundo mejor si no somos actores y partícipes de ello.

¿Es realmente posible mantener la misma filosofía también en otros ámbitos cotidianos como pueden ser la limpieza o la higiene personal?

Efectivamente… En este sentido, una recomendación muy útil podría ser no utilizar aceite en la cocina, así no se ensucian tanto los platos ni te manchas de la misma manera, y puedes prescindir del jabón también. Por otro lado, puedes suplir la grasa que te aporta el aceite comiendo cosas más sanas como pueden ser aceitunas, nueces o almendras, así como aguacate o coco en latitudes más como la mía… Y si no usas aceite, puedes lavar tanto los platos como la ropa únicamente con agua sin problema. A pesar de que en la selva se suda mucho y te manchas de barro con facilidad, puedo asegurar que la ropa queda bien limpia dejándola 24 horas en remojo, y luego escurriéndola y tendiéndola al sol. Y en cuanto a la higiene personal, yo confecciono mi propio gel natural dejando en remojo hojas de hibisco y colándolas después de unas horas. El resultado se puede utilizar perfectamente para la piel… ¡Y deja también el pelo muy suave!

Al final todo puede ser mucho más sencillo de lo que nos han hecho creer… ¿no?

Así es… Siempre se pueden encontrar alternativas que, además de ser respetuosas con el medio ambiente y los animales, sean fáciles de realizar.

Y más allá de las modas, ¿por qué dirías que es importante ser vegano?

Para mí no es ninguna moda ni únicamente un tipo de dieta, sino más bien un movimiento social que defiende los derechos de los animales. Y es importante porque los animales, como seres vivos que habitan también el planeta, lo son, y no existe motivo alguno para causarles ningún daño… Podemos alimentarnos perfectamente sin tener que comer animales. Así pues, yo soy vegano porque creo firmemente en la igualdad de todos los seres.

¿Una alimentación vegana es sinónimo de una alimentación saludable?

En general esa debería ser la tendencia… Pero no hay que olvidar que también se puede llevar una dieta vegana abusando de alimentos procesados o con un exceso de azúcar…

Hay quien aún piensa que es una dieta con carencias nutricionales…

Lo importante es que sea natural y variada… Dando un poco más de relevancia a los alimentos crudos, que suelen ofrecer de esta manera un mayor aporte nutricional a nuestro organismo. Teniendo esto en cuenta, y con un añadido de vitamina B-12 como complemento, se puede llegar a conseguir un buen equilibrio sin problema.

¿Qué aconsejarías a grandes rasgos para ganar en salud y vitalidad?

Añadiendo también el componente ético, sobre todo dejar de consumir productos de origen animal, y por otro lado, prescindir de los alimentos procesados. Basando la dieta en el consumo de frutas, verduras, semillas, frutos secos, legumbres y cereales integrales. Cuanto más natural y más alejada de la alimentación industrial sea nuestra dieta, mucho mejor…

Parece evidente que no debes ser demasiado amigo de los supermercados…

La verdad que los evito todo lo que puedo. Son lugares donde predomina una comida sin vida, muy poco nutritiva, con productos mayoritariamente procesados, empaquetados y basados en la explotación animal. El único lugar que para mí se podría salvar mínimamente es la sección de frutas y verduras, siempre y cuando uno vaya con su propia bolsa reutilizable de la compra, claro está…

¿Cómo crees que se puede llegar a abrir paso a esa conciencia de alimentación en sociedades aún tan identificadas con los patrones de la alimentación más convencional?

Es difícil porque es algo que sigue muy arraigado… Pero una de las grandes bazas es precisamente la salud. Creo que cada vez hay más conciencia de que una alimentación vegetal es mucho más saludable. Y cuando te vas dando cuenta de esto, puedes llegar a empatizar con más facilidad con el respeto de los derechos de los animales. Profundizar en una cosa te acaba llevando irremediablemente a la otra.

El factor emocional tiene mucho peso…

Sí, pero siempre es posible encontrar una alternativa ética y saludable a los productos más comerciales de toda la vida…. Mezclando cacao, plátano y leche de coco puedes obtener una especie de nocilla que no tiene nada que envidiar a la tradicional. Y con un fruto que se llama noni, he aprendido a realizar también una gran variedad de quesos veganos que guardan un gran parecido con los de origen animal. Y en este sentido, en Europa se puede llegar a conseguir el mismo resultado usando por ejemplo levadura de cerveza o levadura tradicional. Si te esfuerzas un poco en descubrir este tipo de alternativas, las costumbres más arraigadas pueden ir cambiando con más facilidad.

Revélanos ahora algunos de tus sorprendentes descubrimientos en cuanto a alimentación se refiere…

Pues por ejemplo el uso del agua de mar para cocinar, que me ha ahorrado el uso de sal y es de lo más saludable… Algo que al principio desconocía y después he podido constatar descubriendo que ya existía mucha información al respecto. Otro hallazgo fascinante ha sido el mundo de las algas marinas; sobre todo descubrir que todas ellas son comestibles, cuando en el mercado la variedad de especies disponibles es muy reducida. Por no hablar también del aprovechamiento del tronco, la flor y la piel del plátano, que normalmente se desechan y se les puede sacar un gran partido en la cocina. Y por supuesto, no querría dejar de destacar todo lo que se puede llegar a obtener del coco; leche, nata, aceite, harina, vinagre… Además del uso de su agua para multitud de recetas o de una desconocida parte, muy dulce y sabrosa, llamada “manzana”, que puedes hallar en su interior… Y también te lo puedes comer verde, elaborando una especie de calamares veganos.

¿La fascinación que pueden llegar a despertar las pequeñas cosas adquiere en la selva una relevancia especial?

Así es… Otro ejemplo podría ser algo tan común como el cacao… Descubrir cómo es la planta genuina de la que se obtiene el chocolate, así como su fruto y su auténtico sabor en estado puro… Para mí ha sido algo revelador que me ha permitido darme cuenta de lo desconectados que solemos estar habitualmente de la naturaleza. Y también podría destacar el vínculo tan especial que he llegado a establecer con un pez que viene a visitarme a menudo desde hace tres años… Aurelio se llama. Cuando descubres lo que alberga un animal en toda su dimensión es imposible que luego quieras comértelo…

¿Cómo es tu rutina cotidiana?

Pues la verdad que no existe como tal, ya que cada día aquí supone una aventura… Unos días voy a ver animales, a cosechar frutas o a plantar semillas, otros días salgo a abrir caminos… La verdad que cada día es distinto y muy completo, siempre suele haber muchas cosas para hacer.

¿Podrías destacar algún aprendizaje en especial que te haya brindado la naturaleza en todo este tiempo?

Pues por ejemplo la importancia de sintonizarse con los ritmos de la vida animal para poder vivir con mayor armonía… Despertarte al amanecer, desplazarte por tus propios medios para ir en busca de alimento, comer de forma más sencilla, natural y austera, ayunar de vez en cuando y descansar adecuadamente después de cada esfuerzo. Me gusta observar especialmente las rutinas de los monos, son unos grandes maestros… En el fondo, la naturaleza es como un libro que contiene todo lo que necesitamos saber, sólo hay que saberlo leer.

¿Qué opinas de la creencia de que la vida en la naturaleza presenta más incomodidades?

En la naturaleza se puede vivir muy bien, de forma sencilla pero sin que te falte de nada… Nada de lo que realmente necesitas.

¿Hay algo que eches de menos?

Más que algo, echo de menos a mis hijas y a otras personas queridas… Es lo único.

¿Cómo llevas la soledad?

Pues la verdad que me llevo muy bien conmigo mismo… No me queda otro remedio, jajaja…En todo este tiempo he aprendido a conocerme mucho más, a gestionar mejor mi propia felicidad… En definitiva, a estar más en contacto con mi mundo interior.

¿Realizas alguna práctica en concreto que te ayude a mantener esa armonía?

Me ayuda mucho practicar Kundalini Yoga a diario al amanecer y también la propia actividad cotidiana en la selva, sobre todo plantar árboles. Actualmente, sigo manteniendo mi propósito de plantar cien árboles a la semana y eso me hace sentir muy bien. Aparte de cuidar la alimentación, también es muy importante ejercitarse físicamente y equilibrar la mente… Para mí la salud lo engloba todo.

¿Cómo te planteas la vejez?

Pues me veo paseando entre todos los árboles que he ido plantando y recolectando una gran variedad de frutos cada día, compartiéndolos también con las personas de las comunidades más cercanas… Feliz con este tipo de vida.

No eres de los que les preocupa el futuro…

Creo que es importante un mínimo de previsión y organización para ir preparando el terreno para el futuro que deseas, pero sobre todo sin dejar de aprovechar y disfrutar al máximo el presente. El miedo siempre trae problemas, y en el fondo, lo que tenga que ser, será…

¿Cómo te está afectando la pandemia que estamos viviendo?

Mi actividad diaria no ha cambiado para nada, ahora bien, me afecta porque está afectando y poniendo en dificultades a personas que quiero…

¿Qué opinión te merece toda esta situación?

Más allá de cualquier teoría, siento que es una respuesta de la naturaleza porque no la estamos tratando nada bien… Así pues, creo que puede ser un buen toque de atención para que empecemos a tratarnos mejor, tanto a los demás como a nosotros mismos, y por supuesto también al resto de seres vivos y a la naturaleza.

Y ya para terminar, un sueño por realizar…

Sería más bien algo más parecido a una utopía… Que todos podamos vivir en paz y el mundo pueda ser vegano algún día. Sueño con un planeta en el que el ser humano pueda tener una relación mucho más coherente con los animales y la naturaleza… Seguramente yo no lo viviré, pero no pierdo la esperanza de que, quizás desde otro mundo, lo pueda ver algún día.

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Alimentación, Salud natural

Albert Rami: salud y vitalidad con mucha naturalidad

«No hay enfermedad que no se pueda curar de forma natural, excepto el apego a la forma de pensar»

Naturópata y herbolario con una larga experiencia en el mundo de las terapias holísticas y naturales, Albert Rami Romeu (Lleida, 1949), más conocido como “Rami Remeis”, ha consagrado buena parte de su vida a la recuperación y difusión de la memoria sobre el uso tradicional de las hierbas. Con tres tiendas en su ciudad natal funcionando a pleno rendimiento, y a pesar de considerarse ya medio jubilado, su actividad sigue siendo frenética, pues aparte de divulgar desinteresadamente sus consejos de salud integral en numerosas conferencias y colaboraciones en varios medios de comunicación, también atiende regularmente la avalancha de consultas que le llegan de todas partes por el simple hecho de disfrutar lo que hace. Y por si todo esto fuera poco, todavía le queda tiempo para publicar libros con muy buena acogida.

El secreto de su indudable magnetismo reside tanto en su saber como en su autenticidad. Mientras que la prodigiosa energía vital que desprende por los cuatro costados es fruto de su determinación y coherencia a la hora de aplicarse lo que él mismo fervientemente recomienda; vivir la vida con autoestima, actitud positiva y desarrollando, desde la responsabilidad y el compromiso personal, la escucha del propio cuerpo con hábitos conscientes y saludables. Es, sin duda, la fidelidad a esta combinación, lo que le ha permitido acumular más de 45 años sin padecer enfermedad alguna, convirtiendo su ejemplo en la mejor de las garantías para todos aquellos que buscan alternativas creativas y sencillas a las rígidas estructuras de la medicina más convencional.

¿De dónde provienen tu inspiración y saber?

Siendo joven, me llamó mucho la atención ver cómo mi padre, después de estar mucho tiempo enfermo, se curó adoptando una dieta vegetariana. Más adelante, yo mismo también sufrí muchos problemas de salud antes de los 20 años, y recordando su ejemplo, decidí cambiar mis hábitos alimenticios con unos resultados realmente sorprendentes… Tiempo después, un anciano llamado Isidro, que vivía en una cueva cerca de Sabadell y llegó a los 115 años comiendo de manera muy natural y sencilla, me transmitió una serie de conocimientos que reafirmaron y consolidaron mi decisión. ¿Cómo no iba a confiar en el ejemplo de un sabio que a su edad todavía leía sin gafas y conservaba todo el cabello?

¿Ya no te has puesto nunca más enfermo pues?

Desde entonces, aparte de cuidar mucho lo que como, intento tener especial cuidado con los pensamientos positivos. Cultivarlos y creértelos es también muy importante… Podría decir que este es mi yoga mental, tanto o más importante que cuidar el cuerpo físico. Así pues, básicamente, no me pongo enfermo porque he decidido que así sea. Deberíamos dialogar mucho más con nuestro cuerpo, ser agentes activos para que éste funcione realmente como queremos y no sufrir pasivamente las consecuencias de desvincularnos de él.

¿Has probado personalmente todo lo que recomiendas?

Sí, aunque más que para encontrar remedios a enfermedades, para prevenirlas. Al final, la fórmula es bien sencilla… Si no quieres tener cáncer, no comas nada que lo provoque y toma otras cosas que lo mantengan a raya, como por ejemplo tomate, pipas de calabaza o granada. El mismo patrón es aplicable para casi todas las alteraciones; diabetes, colesterol, hipertensión, psoriasis… De nuevo, se trata de una decisión…

¿Qué tipo de consultas son las más recurrentes?

Las mujeres, por ejemplo, habitualmente suelen buscar remedios para adelgazar, y a menudo, lo que necesitan, simplemente es ir con mayor frecuencia al baño… Plantas como la ulmaria, el ortosifon y la cola de caballo con un poco de fucus y limón están especialmente indicadas para estos casos. También es bastante recurrente que se muestren preocupadas por sus familiares y allegados. Entonces, les aconsejo que se atiendan primero a ellas mismas. Mal asunto querer cuidar de los demás cuando no se tiene primero cuidado de uno mismo…

¿Y qué es lo que suele preocupar más a los hombres?

El colesterol, la impotencia, la caída del cabello…

¿Cuál crees que es el grado de aceptación actual de los remedios naturales por parte de la población?

Cada vez más alto. Hoy en día, la gente tiene en general bastantes problemas de salud y busca soluciones. Cuando acuden a mí, me ven con salud y comprueban cómo los remedios naturales les pueden aportar las soluciones que están buscando… Esto les da confianza.

¿Cualquier afección se puede tratar de forma natural?

Todo se puede tratar siempre que la persona realmente lo quiera. Ahora bien, si tienes miedo, acude mejor al médico. No hay ninguna enfermedad que no se pueda curar, excepto el apego a la propia forma de pensar. A menudo se hace necesario revisar la manera de vivir de la persona, ir a las causas, pero si uno no quiere, entonces no hay nada que hacer. Para salir del mundo de las pastillas, primero hay que estar dispuesto a abrir un poco la mente…

¿Se están perdiendo los remedios de la abuela de toda la vida?

Yo creo que no, aunque no debemos olvidar que la industria farmacéutica tiene mucho poder y mucha capacidad de influencia sobre la población. Sin embargo, también es evidente que no nos pueden parar, pues hoy en día tenemos la capacidad de llegar a la gente a través de numerosos medios. Y si cada vez tenemos una mayor acogida y una mayor demanda, por algo será…

¿Qué nutrientes consideras que no deberían faltar en ninguna despensa?

Cereales integrales, legumbres, ensaladas, frutas, frutos secos… Esto es lo más básico. Creo que hay que desmitificar que sean realmente necesarios tantos complementos, como por ejemplo los vitamínicos, que últimamente parece que se han puesto tan de moda por los intereses de la industria y las multinacionales de los alimentos. Como complementos dentro de la dieta básica, yo más bien aconsejaría el tofu, el seitán, el germen de trigo, la levadura de cerveza, la lecitina de soja, las pipas de girasol y de calabaza, y especias como el jengibre, la cúrcuma, la canela, la mostaza…

¿Y cuáles serían las hierbas imprescindibles?

En cuanto a las hierbas, hay una gran variedad y depende mucho de los casos concretos. No acabaría nunca si las tuviera que mencionar todas… Por ejemplo, para casos de impotencia, van muy bien la damiana, el eleuterococus, la verbena, el romero y la menta. La melisa nos ayuda a relajar el corazón y tratar los problemas de gases, así como también los casos de insomnio junto con la angélica, la tila o la maría luisa. Para ayudar en las digestiones, recomendaría el hinojo, el comino o el anís. Y el regaliz si hay úlceras.

Dinos alguna receta contrastada y eficaz para llegar a la vejez con salud de hierro.

Ir al baño varias veces al día, cuanto más, mejor… Es muy importante estar bien oxigenado y desatascado por dentro. Debemos cuidar las tripas para lograr un equilibrio interno, y esto lo podemos lograr tomando prebióticos, que serían los alimentos vegetales crudos, y probióticos, los multifermentos como los multibífidus, la col y la remolacha fermentada, etc. Nuestra flora intestinal tiene una inteligencia propia… Para tener una mente en paz es necesario tener un vientre en paz.

¿Cuáles son los principales enemigos de nuestro estómago?

El tabaco, el alcohol, los disgustos, según qué mezclas de alimentos… Y en este sentido también, si uno no quiere dejar de consumir productos lácteos, mucho mejor si pueden ser fermentados, como los yogures…

¿Cómo nos pueden ayudar la alimentación y los remedios naturales a hacer frente al contexto de crisis?

Te lo diré con un ejemplo muy explícito… Para hacer crecer una manzana se necesitan unos 60 litros de agua, mientras que para obtener un kilo de carne, unos 16.000… Un kilo de cereales alimenta prácticamente igual que el kilo de carne, pero para comerte ésta, primero se han necesitado dos, tres o más kilos de cereales… Además, las ventosidades que expulsan a gran escala los animales que consumimos pueden llegar a ser más perjudiciales para el medio ambiente que incluso la polución que causan los coches. En definitiva, la ganadería intensiva es una ruina.

¿Cómo podemos tratar los miedos, los nervios y la angustia?

Hay muchos remedios naturales que ayudan, pero en estos casos, lo más importante de todo es el desarrollo de la autoestima y el pensamiento positivo, y abandonar el hábito de juzgar. Yo siempre aconsejaré llevar a cabo una vida lo más sana y natural posible, pero en última instancia cada uno debe hacerse responsable de lo que elige a cada momento, dándose cuenta de los motivos, y sobre todo, intentando no juzgarse. Aparte de eso, siempre pueden ir bien las Flores de Bach, el hábito de mirar el sol cuando sale y se pone… Y también recomendaría desayunar bien fuerte, comer normal y cenar muy poquito.

¿Qué hierbas pueden ayudar a subir el ánimo?

La melisa, el hipérico o hierba de San Juan, la menta, el romero… Tomarse un té verde con romero tiene unos efectos similares al ginseng.

¿Qué recomendarías a las personas que sufren un gran desgaste de energía?

Que intenten ir a dormir más temprano… Más que dormir muchas horas, para descansar bien es importante no ir demasiado tarde a la cama; si puede ser a las diez y media mucho mejor que a las doce y media…

¿Y para tratar el dolor?

Si ya se está tomando medicación, mejor no interferir… En cualquier caso, siempre se puede tomar carbonato de magnesio, pero por lo demás mejor pedir permiso al médico. Si no se está tomando medicación, algunas hierbas indicadas son el sauce, la cola de caballo y el harpagofitum, con dos tazas al día se puede notar una gran mejoría. Y si además vamos añadiendo un poco de cúrcuma, jengibre, canela y mostaza negra en polvo por encima de las comidas, la mejoría todavía será mayor. También pueden ayudar mucho las friegas con un litro de agua y medio kilo de sal… Si lo vamos haciendo de manera habitual nos sentiremos más jóvenes.

Tenemos tendencia a creer que la juventud es algo que perdemos…

La sensación de juventud no deberíamos perderla nunca. Normalmente, si uno está enfermo, en el fondo es porque quiere… Tienes que negarte a estar enfermo, ¡no te tienes que conformar!

¿Alguna hierba o remedio que ayude a apaciguar un poco el desorden mental?

La angélica, la valeriana, la menta, el hipérico, la melisa, la flor de naranjo… Ayudan a estar más tranquilo, ahora bien, para abrir la mente y estimular el cerebro recomendaría tomar levadura de cerveza y polen a diario. En este sentido, las mejores hierbas son la ajedrea, el tomillo y el romero.

¿Y para abrir el corazón?

Por encima de todo, no quedarnos encerrados ni recluidos en nosotros mismos porque nos hayan hecho daño… Salir a la calle, ser amigo de tus amigos, colaborar con proyectos que te motiven…

¿Cómo tratar las adicciones?

Para tratar la adicción al tabaco, va muy bien hacer friegas en el pecho y la espalda con zumo de limón y también ponerse unas gotitas de esencia de menta en la nariz y la boca. Esto nos puede ayudar a irlo dejando poco a poco. La alfalfa va muy bien para las adicciones en general, así como la avena y los multibífidus. Y si se trata de acompañar un proceso para superar la dependencia a las drogas, recomendaría mucha valeriana, mucha pasiflora y también hierba angélica.

La alfalfa es uno de tus grandes aliados…

Así es, es un ingrediente que no falta nunca en mis ensaladas… Es algo muy sencillo con innumerables propiedades para nuestro organismo; va muy bien para la artrosis, el reumatismo, la caída del cabello, el colesterol…

¿Qué nos recomiendas para la calvicie además de la alfalfa?

La aplicación de un preparado con miel y limón y las friegas con col cruda bien picada, dejando reposar después un rato. También ayuda tomar regularmente levadura de cerveza.

¿Algún remedio más que te venga ahora mismo a la cabeza?

Uno para las mujeres preocupadas por los pechos caídos: hervir cola de caballo, ponerla en el congelador y frotarla por los pechos haciendo masaje. Probadlo, ¡veréis cómo quedan bien turgentes!

¿Hasta qué punto es necesario adoptar una dieta vegetariana?

Sólo hay que hacer la prueba para ver cómo te sienta… Y sin duda, tu bolsillo también lo agradecerá. Ahora bien, primero uno tiene que estar convencido de querer probar. Esto es algo que nunca hay que forzar…

¿Qué porcentaje de dieta crudívora es aconsejable?

Esto es muy personal y depende de cómo le siente a cada uno… Yo, por ejemplo, sólo tomo un poco de alimentos cocinados para comer y me va muy bien.

Tu desayuno suele ser una buena ensalada…

Sí… Casi siempre desayuno una ensalada muy generosa con aceite de oliva, cúrcuma, jengibre, levadura de cerveza, lecitina de soja, germen de trigo, alga espirulina, pipas de calabaza y pipas de girasol, acompañada de unas rebanadas de pan integral y café de hierbas. Hasta ahora me ha ido muy bien y no tengo intención de cambiarlo. Este es uno de mis secretos para tener tanta energía, gozar de buena memoria y no tener problemas de salud.

¿Comemos demasiado?

Siempre con medida, deberíamos comer en función de nuestro grado de actividad. Si comes mucho, te oxidas mucho… Y por eso también es muy necesario tomar antioxidantes, que podemos encontrar en comprimidos, como el resveratrol, y en prácticamente todos los alimentos de color; el tomate, el pimiento, el melón, la sandía, la lechuga, la remolacha, la calabaza sobre todo, etc.

¿Qué nos recomiendas respecto a la fruta?

Para sacarle un buen provecho, hay que saber cuál es su relación con los diferentes alimentos… Por ejemplo, deberíamos consumirla antes de ingerir productos lácteos, pero nunca antes de las ensaladas… Después de las comidas, no es muy recomendable, excepto la manzana, que la podemos acompañar con frutos secos como almendras, piñones o avellanas. Y si la queremos consumir aislada, ya sea a media tarde o bien para cenar, por ejemplo con un yogur, pues tampoco hay ningún problema.

¿Y en cuanto al consumo de agua?

En las épocas de más calor, con un litro de agua al día puede ser suficiente. Si se come habitualmente ensaladas no es necesario tomar demasiada… Y en invierno, teniendo en cuenta que los alimentos ya llevan agua, quizás con una infusión a media mañana y a media tarde, ya podemos tener suficiente. También hay que recordar que es muy saludable tomar un par de vasitos diarios de agua con sal marina, siempre y cuando no tomemos un exceso de sal en nuestra dieta. Y es aconsejable no beber mucho durante las comidas para no disolver los jugos gástricos.

¿Qué alternativas son las más recomendables dentro de una dieta sin carne?

Aparte del tofu y del seitán, una buena opción podría ser tomar de vez en cuando tortillas de champiñones, calabacín, espárragos, etc. No debemos olvidar tampoco que los alimentos con más proteínas son las almendras, las avellanas, los piñones, los cacahuetes y las legumbres, así como también el alga espirulina. La verdad es que no hay que complicarse demasiado la vida en este sentido…

¿Deberíamos descartar los productos que no sean ecológicos?

Si pueden ser ecológicos mejor que mejor… Por ti y por el planeta.

¿Algún remedio que se te resista?

No hay remedio que se me resista… Sólo ciertas personas.

¿Tienes amigos médicos?

Pues sí y también me piden consejo… Aunque a veces podamos tener opiniones y puntos de vista diferentes, por encima de todo respeto mucho su trabajo y siempre dejo bien claro a los clientes que están en tratamiento médico que no quiero interferir.

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«Ponemos demasiadas expectativas en la comida porque los demás ámbitos están vacíos o desequilibrados»

Montse Bradford, una auténtica maestra en el campo energético de la nutrición y la salud integral a escala europea, nos invita a revisar y transformar nuestros patrones inconscientes de alimentación para dar un gran salto en calidad de vida. Según ella, todos los alimentos poseen una determinada vibración que afecta no sólo a nuestro cuerpo físico, sino también a nuestro cuerpo emocional y mental. Por tanto, en base a esta teoría, por mucho que nos esforcemos, la búsqueda de paz y armonía que todos deseamos estará condenada al fracaso hasta que no tomemos realmente conciencia del efecto global que tiene en nuestro organismo todo aquello que comemos. En la siguiente entrevista, además de interesantes reflexiones sobre los mencionados patrones alimentarios que hemos ido adquiriendo generación tras generación, Bradford también nos obsequia con sus recomendaciones y consejos para iniciar la estimulante aventura que supone el cambio hacia una alimentación más consciente.

Barcelonesa de nacimiento y con muchos años de experiencia en Inglaterra, donde ha fundado y dirigido varias escuelas de cocina, Montse se ha formado con destacados profesores del ámbito de la alimentación energética en Europa, EE. UU. y Japón. Además de experta en nutrición natural y energética, Montse Bradford también es diplomada en terapia emocional y psicología transpersonal, y conoce el arte de la sanación vibracional. Entusiasta de la innovación y la investigación, compagina la escritura y los cursos de formación en su escuela de Barcelona con colaboraciones en diferentes publicaciones de salud alternativa y participaciones en ferias, congresos, cursos y seminarios a nivel internacional.

A diferencia de muchas personas que acaban transformando sus hábitos alimentarios después de iniciar un proceso de exploración y crecimiento personal, en el caso de Montse Bradford fue el hecho de interesarse por una alimentación cada vez más óptima desde temprana edad lo que la llevó a explorar la senda de la paz interior. Sea como sea, a la hora de la verdad, coincide plenamente con muchos otros maestros al promover la vuelta a lo sencillo y al aconsejar que para creer en algo, antes que nada, hay que experimentarlo primero. Y también, al reconocer que todo proceso de trabajo interior debe llevar en última instancia a la revelación del gran secreto para la paz y la armonía: el respeto y el amor hacia los demás empezando por uno mismo.

¿En qué consiste la nutrición energética?

Llevo ya casi 40 años estudiando los efectos energéticos asociados a cada alimento, sea sólido o líquido… Es algo importante porque cada persona necesita consumir más o menos determinados tipos de alimentos en función de su estructura. Hoy en día nos alimentamos a un nivel demasiado primario, llevados por los impulsos y sin tener en cuenta los efectos de cada cosa.

Por otro lado, para mí, la nutrición energética también es natural y sostenible. Esto implica, en primer lugar, volver al tipo de alimentación más natural que ya tenían nuestros antepasados, antes de que llegaran todos los paquetes, el donut y la Coca Cola… En este sentido, es importante utilizar alimentos primarios, que vayan directamente del campo a nuestro estómago, sin procesar en absoluto. Nuestro cuerpo lo va a asimilar mucho mejor. Y en segundo lugar, tenemos que desarrollar también la conciencia a nivel de planeta; somos ya demasiados habitantes como para pretender alimentarnos todos a base de proteínas animales. Claramente, la carne no es un alimento sostenible; para conseguir un quilo de carne se necesitan 1.500 litros de agua… No puede ser que se abuse tanto del consumo de carne y jamón mientras hay gente que no puede beber ni comer nada. Plantar un campo con cereales o legumbres permite alimentar a un mayor número de personas de un modo mucho más sostenible. Por tanto, es necesario apostar por la proteína de origen vegetal para empezar a fomentar un tipo de alimentación mucho más consciente.

¿Por qué es tan desconocida?

Esto no es una moda ni algo que me haya inventado yo. Estoy convencida de que siglos atrás ya nos alimentábamos en gran parte así. El progresivo abuso en el consumo de carne ha tenido unos efectos directos tanto en nuestro cuerpo físico, como en el mental y emocional; esto se traduce en una creciente agresividad y competitividad, el ego se empieza a desbordar…

La carne genera una energía muy densa, de efecto acumulativo y de exceso, y esto hace que necesitemos compensarla con el consumo de alimentos que contengan una energía que nos enfríe. Por tanto, raramente verás a alguien comiendo carne con cereales integrales, que también contienen una energía más bien densa. Es entonces cuando surge la necesidad de refinar los carbohidratos y consumir más azúcar, más patatas, más pasta blanca, más arroz y pan blanco… El resultado es una combinación muy extendida, pero energéticamente demasiado extrema.

¿Cuál es el actual estado de salud alimentaria de nuestra sociedad en general?

Bastante crítico. Tenemos que volver a tener conciencia y darnos cuenta de que los alimentos que vibran de forma demasiado extrema no funcionan. Necesitamos alimentos más moderados, porque de ello depende la salud de nuestros sistemas nervioso, digestivo y circulatorio, los problemas de obesidad y la extensión de un gran número de enfermedades modernas. Quizás hoy en día podemos vivir muchos años, pero la pregunta que debemos hacernos es: ¿con qué calidad?

¿Qué relación guarda la alimentación con nuestras emociones, a parte de estar ambas demasiado desatendidas?

En mi libro “La alimentación y las emociones” exploro la relación que tiene la alimentación con cada uno de nuestros cuerpos: físico, emocional y mental. El único que realmente necesita comida física es el que tiene sistema digestivo, el cuerpo físico; los otros se alimentan más bien de otras cosas, tales como la vibración, el amor, la respiración, hacer yoga… Ahora bien, la mayoría de seres humanos lo arreglan todo comiendo; para tapar las emociones, para evadirnos y no verlas… El vínculo entre alimentación y emociones empieza justo cuando nacemos, con las sensaciones confortables que nos aporta alimentarnos del pecho de nuestra madre. Pero después esto se va desviando y pasamos a ver la comida como algo que nos tiene que reconfortar emocionalmente. Por eso premiamos con chocolate y caramelos cuando en realidad lo más adecuado sería dar un abrazo, y ya de adultos seguimos utilizando la comida para compensar todo aquello que nos disgusta. Es muy importante empezar a atender mucho más el cuerpo emocional y no limitarnos a solucionar sus carencias sólo con comida.

¿Podemos favorecer la salud del cuerpo emocional y mental con un determinado tipo de alimentación?

Por supuesto, ya que todo lo que ingerimos físicamente afecta al conjunto de los tres cuerpos. Un buen ejemplo es el alcohol, que tiene una clara afectación directa sobre todos los cuerpos. La medicina china ya nos dice que cada alimento repercute a los diferentes órganos, y en función de cómo estén funcionando éstos, seremos más propensos a experimentar unas determinadas emociones. Poniendo otro ejemplo, si como mucha carne tendré el hígado bloqueado, y si lo mantengo así durante mucho tiempo, experimentaré fácilmente emociones negativas como cólera, ira, agresividad o impaciencia. Asimismo, si tomo alimentos extremos que me desmineralicen, como el azúcar, esto me debilitará los riñones y tendré emociones negativas de miedo, falta de arrojo o poca confianza en mí mismo.   

A grandes rasgos, ¿cómo debería ser nuestra dieta para que el alimento se convirtiera en nuestra mejor medicina y nos ayudara a encontrar también un estado de ánimo más equilibrado?

Debería huir de los extremos y basarse en alimentos más moderados… Así, la vuelta a una alimentación natural implicaría, básicamente, el consumo regular de cereales integrales, que me pueden aportar una energía y vitalidad más constante; proteínas vegetales, en forma de legumbres o también de tofu, tempeh y seitán; verduras, algas, semillas, frutos secos, frutas locales de la estación, endulzantes y condimentos naturales… y puntualmente, un poco de pescado y huevo, sobre todo para aquellas personas de constitución más débil.

Adoptar este patrón de alimentación durante un cierto tiempo puede aumentar poco a poco nuestra conciencia, ya que los alimentos vibran y al cambiarlos también lo hace nuestra vibración. Ocurre del mismo modo que con nuestros pensamientos; dependiendo de cómo sean incidirán de una manera u otra en nuestro campo vibracional. Todo lo que consumimos, pensamos y hacemos determina nuestra vibración. Un tipo de alimentación basada en una vibración rápida, con abuso de alcohol, azúcar y estimulantes en general, generará pensamientos mucho más descontrolados. Por tanto, una alimentación energéticamente más equilibrada, incidirá directamente en una salud física, mental y emocional también más equilibrada.

¿Me servirá de algo querer aprender a meditar si paralelamente no presto una mayor atención a la calidad de mi alimentación?

La verdad es que no demasiado… Empezar a trabajar con la calidad de mis pensamientos será muy difícil si entre tanto sigo consumiendo mucho alcohol y mucha carne… En cambio, comiendo de modo más equilibrado, especialmente alimentos del reino vegetal, además de sentirnos mejor físicamente, podremos tener emociones más pacíficas y esto nos permitirá también observar mejor nuestros pensamientos.

Si tenemos el cuerpo físico muy débil, el mental controlándonos la vida y el emocional ni lo conocemos… ¿Cómo podemos pretender meditar o trabajarnos el espacio interior? Una vez más, es básico tener en cuenta la necesidad de equilibrio y armonía entre los tres cuerpos, y esto pasa por querer prestarles atención y conocerlos.

Qué fácil es entrar en el círculo estrés-necesidad de evasión-sensación de vacío…

Sí… Hoy en día los valores imperantes son completamente exteriores, desde el momento en que te levantas. Y esto no es más que una ilusión. Lo realmente valioso y por descubrir es el contacto con nuestro mundo interior, con el corazón, y que esto nos lleve a descubrir para qué hemos venido aquí… Somos eminentemente vibración, seres de luz con un cuerpo físico. Cuando éste pasa a ser el punto de referencia la vida se convierte en algo muy diferente. Pero para llegar hasta ahí es muy necesario el silencio y la escucha interior. El vivir hacia afuera no nos va a aportar absolutamente nada a largo plazo, mientras que el valor interior nos lleva hacia la eternidad…

¿Cuáles son los productos que mejor sería desterrar con el objetivo de conseguir una dieta más sana y equilibrada?

Hay un primer grupo de alimentos extremos, de energía yang, que vibran a un nivel denso y lento, generando tensión, bloqueos y una acumulación excesiva de toxinas en el organismo. Son las grasas saturadas, y en este grupo entrarían todas las carnes y embutidos, todos los lácteos, y según para quien, también los huevos, más aconsejables para las personas de constitución débil. Hoy día existe un gran abuso de este tipo de grasas saturantes. También entrarían dentro de este grupo, por bloquear los riñones, la sal cruda y los condimentos salados, snacks, patatas fritas… Así como los alimentos horneados de harina, aunque sean integrales o hechos en el molino del vecino. Comer mucho pan, bizcocho o galletas también nos puede bloquear.

En el otro lado de la balanza, encontramos el otro grupo de alimentos poco recomendables, con energía yin extrema, que crean acidez en la sangre y nos expanden e inflaman en exceso. Vibran rápidamente desmineralizando el organismo y enfriándolo con posterioridad. Aquí encontraríamos el alcohol en todas sus facetas, los vinagres de manzana, vino, módena y arroz, los azúcares rápidos y refinados, ya sea blanco o moreno de caña; los estimulantes en general: té, café…  El chocolate, los helados y la bollería y la pastelería. Y también los lácteos blandos: leche, yogur, mantequilla; y la soja cruda, que también es muy indigesta. En último lugar, las frutas tropicales en exceso y las verduras solanáceas, como la patata, el tomate, la berenjena o el pimiento, que yo no recomendaría para cada día. 

¿Cómo podríamos endulzar de una manera más sana y natural?

Con miel o melaza de cereal, stevia… También con dátiles y pasas… Ahora bien, hay que tener en cuenta que será muy difícil reducir el consumo de azúcar mientras no reduzcamos la ingesta de alimentos con energía extrema yang. Energéticamente, nuestro organismo necesita equilibrar una parte de alimentos extremos yang con siete partes de alimentos extremos yin… Así, cuando la gente me dice que no sabe cómo dejar de tomar tantos croissants o donuts de chocolate, yo siempre les aconsejo que primero deberían empezar por disminuir el consumo de carne, jamón, quesos y huevos…

Una tarea muy difícil para muchos… ¿Cómo podemos mantener el binomio placer en la mesa y salud?

Mi lema es el siguiente: utilizar los alimentos que se necesitan de la forma que más se desea. Nos pueden apetecer unas albóndigas y tomárnoslas de seitán, o una lasaña y que sea de lentejas… Podemos adaptar cualquier receta tradicional para que le siente mejor al cuerpo físico y que al mismo tiempo el cuerpo emocional también quede contento.

¿Qué importancia tiene en todo esto la manera de cocinar?

Tan importante es conocer la energía de los diferentes alimentos como la energía que podemos obtener según cómo los cocinemos. Se puede aprender a cocinar una zanahoria para que me dé la energía de la carne o una chirivía para que me dé la del queso sin efectos secundarios no deseados… En tercer lugar, también es importante tener en cuenta que la energía de cada persona es diferente, y por tanto, las necesidades alimentarias también lo son. Y en último lugar, otro aspecto clave es saber cómo combinar los alimentos para que produzcan el efecto más óptimo posible en nuestro organismo.

Antes que nada, ¿tendríamos que empezar replanteándonos para qué comemos?

Hemos perdido completamente la conciencia respecto a esto. Principalmente, lo hacemos para generar una buena calidad de sangre. Pero como es algo que no se valora, no es prioritario cocinar y sí dedicar tiempo a otras cosas, como chatear, salir de compras o ir a la peluquería. Nos decantamos por los congelados y el microondas cuando poner a hervir unas verduras o una olla con arroz integral o lentejas para dos días sólo nos lleva unos pocos minutos…  Es muy necesario que volvamos a tomar conciencia de la importancia de saber qué comer y cómo cocinar, sobre todo si queremos que nuestros hijos y las generaciones futuras puedan crecer con la fuerza y vitalidad suficiente.

¿No nos importa realmente lo que comemos o más bien nos basamos en certezas y creencias equivocadas?

Más bien lo segundo… Sólo hay que fijarse en las diferencias de alimentación entre Oriente y Occidente, y la relación que esto guarda con la calidad de vida. Yo he vivido en Oriente y he podido comprobar cómo allí apenas hay obesidad y la gente puede gozar de la tercera edad con salud y flexibilidad, mientras que aquí se llega arrastrando diferentes enfermedades y con el cuerpo físico, en general, muy bloqueado. Allí no existe tanto la osteoporosis, mientras que aquí es fácil llegar a los 60 o 70 años con esta dolencia si se ha llevado una vida con un elevado consumo de carne y lácteos. Y otro ejemplo significativo lo encontramos en la menopausia; allí prácticamente no saben ni qué es, ni la palabra existe, y aquí se vive cada vez con más alarma, padecemos los síntomas como si fuera una enfermedad… Tradicionalmente, la cultura oriental no ha basado su alimentación ni en la carne ni en los lácteos, y creo que tenemos que aprender mucho de ello…    

Qué difícil luchar con el peso de la tradición…

Hay estudios realizados allí que demuestran cómo una alimentación basada en cereales, legumbres y proteínas vegetales está mucho más libre de problemas como el cáncer o la obesidad. Ahora bien, quizás aquí esto no funciona tanto porque no fomenta ni la agresividad ni la evasión, estados que hoy en día se necesitan para sobrellevar el valor que se le da a todo lo exterior. Cuando el ser humano decida buscar más en su interior y crear estados de armonía, ya no buscará de forma tan desesperada consumir chocolate, alcohol, etc. Actualmente, se siente demasiado vacío en el interior y esto lleva a buscar cualquier estímulo en el exterior. El auténtico estímulo viene a través del trabajo que podemos realizar desde nuestro interior…

¿La necesidad de consumir leche y carne serían dos de los grandes tópicos?

Cuesta mucho cambiar costumbres a nivel social y más aún cuando hay todo un bombardeo publicitario detrás… Aquí, tenemos 40 años y aún no nos hemos destetado, seguimos tomando lácteos. Somos el único animal que se alimenta con leche de otro animal. Pero de nuevo, para que pueda haber un cambio, primero hay que entender y atender el cuerpo emocional. Si se encuentra desatendido es muy fácil caer en el consumo de azúcar y productos lácteos que nos proporcionan una sensación de confort.

Asimismo, ningún tipo de carne es realmente necesaria para el ser humano. Podemos vivir tranquilamente sin consumir carne. Cuando hay debate entre si es preferible una dieta vegetariana o carnívora, yo siempre aconsejo fijarse en nuestro cuerpo físico; la antesala de nuestro sistema digestivo es la boca, y en ella sólo tenemos cuatro dientes caninos de las 32 piezas que hay en total… Por otro lado, nuestros intestinos son muy largos a diferencia de los que tienen los animales carnívoros, que son muy cortos… Para mí, detalles como estos indican claramente que nuestro cuerpo está diseñado para ser vegetariano, y en realidad, también es lo que le hace sentirse mejor. Grandes sabios como Leonardo Da Vinci, Hipócrates, Sócrates o Einstein eran vegetarianos y lo promovían… Sin duda, ellos sabían que este tipo de dieta puede proporcionarnos mucha más armonía.

¿Qué debemos hacer respecto al alcohol?

Yo nunca lo recomiendo. El alcohol, sea de la calidad que sea, genera una energía que nos evade y dispersa. Así que no es demasiado aconsejable si queremos apostar por una vida con un mayor grado de presencia y conciencia. Difícilmente se podrá encontrar armonía bebiendo alcohol… Además, su abuso también tiene una repercusión directa en los problemas de infertilidad masculina, ya que hace bajar considerablemente la calidad del esperma. La necesidad de consumirlo puede encontrarse en estados de tensión, cuando buscamos evadirnos, o por ejemplo, cuando comemos carne y nuestra dieta es demasiado yang, para compensar… Difícilmente el cuerpo te pedirá alcohol si tomas tofu, brócoli o garbanzos…

Pero dicen que el vino es bueno a nivel cardiovascular…

Cuando llevamos una dieta rica en carne y grasas saturadas se produce colesterol en nuestras arterias, generando una presión alta que impide que la sangre pueda circular bien. Como el alcohol contiene energía del extremo yin, que hincha e inflama, su ingesta expande las arterias, pero esto no es un buen remedio en absoluto, sólo una forma de tapar… Esta combinación también afecta al corazón y al mismo tiempo desmineraliza y debilita los riñones.

¿Qué se ha conseguido con la infinidad de dietas milagro existentes hoy en día en el mercado? ¿Generar más confusión…? 

Totalmente. Cada vez se inventan más nombres y cada semana sale una dieta diferente. Mucha gente está confusa y desesperada, y ya le va bien un método que le prometa resultados con sólo tomar unos polvitos o unas pastillas. Muchas dietas para gente obesa me parecen de risa; el primer paso para perder grasa es dejar de comerla y no mantenerla o incrementarla… Lo único que conseguimos al saltar de una dieta a otra es debilitar el cuerpo físico y su sistema inmunitario. Yo creo que en este sentido, tendríamos que detenernos y darnos cuenta de que la gasolina que necesita nuestro cuerpo físico es en realidad muy simple y sólo nos tenemos que preocupar de mantenerla. Ponemos demasiadas expectativas en todo lo que nos tiene que aportar la comida porque los demás ámbitos están vacíos o desequilibrados…  

¿A quién creer y a quién no creer entonces a la hora de buscar consejo?

Lo más importante es experimentar y no hablar sólo a través de la mente. Hay muchos que opinan según algo que han leído pero sin haberlo experimentado. A lo largo de mi vida he ido probando todo tipo de dietas, y al final, he llegado a esto que, comparando, he visto que me funciona muy bien. El tipo de alimentación que yo propongo no entraña ningún tipo de carencia ni peligro, es más, contiene todo aquello que recomienda la OMS -Organización Mundial de la Salud-. Yo sólo invito a probarlo y experimentarlo a conciencia durante uno o dos meses, y a partir de ahí que cada uno pueda extraer sus propias conclusiones… 

¿Por dónde podría empezar alguien que realmente quiera llevar una buena alimentación pero sin agobiarse en exceso?

Antes que nada, lo primero que yo haría sería abrir los armarios y deshacerme de todos los paquetes que contengan comida procesada. Prescindiría también de los productos congelados porque apenas conservan energía… Y progresivamente iría sustituyendo unas cosas por otras; un paquete de macarrones blancos por otro de macarrones integrales, etc. Incorporar más verduras y cereales integrales es básico. Empezaría también a explorar el mundo de las legumbres y las proteínas vegetales, a comer un poco más de pescado en lugar de carne, y a prescindir de las grasas saturadas o intentaría reducirlas poquito a poquito… Si no nos dejamos engañar, apostar por este tipo de alimentación más sencilla también es más barato. 

Todo sin agobiarse pero empezando a apostar por productos que contengan vida. Es muy sencillo; si queremos tener energía y vitalidad, tenemos que comer cosas con energía viva y no muerta. Y si no lo hacemos, entonces es cuando tenemos que acudir a los estimulantes para que nos aporten la sensación de energía que no tenemos…  

¿Nos tenemos que fiar del “marketing saludable”?

Hay que ir con mucho cuidado. También hay productos biológicos excesivamente empaquetados… Por ejemplo, yo no recomendaría comprar un chorizo vegetal, ya que si nos fijamos en el paquete, veremos que se necesitan un sinfín de ingredientes para obtenerlo. Prefiero mucho más comerme un buen plato de lentejas. Cuanto más cercano esté a su estado natural originario mucho más recomendable será cualquier producto.

Hay gente que desconfía de probar ciertas cosas que no ha comido nunca…

En realidad sólo hay tres o cuatro nombres que pueden resultar desconocidos; dentro del campo de las proteínas vegetales y para generar más variedad. El seitán es una proteína procedente del trigo o la espelta especialmente recomendable en un país muy carnívoro como el nuestro porque se asemeja a la carne. Con él, podemos seguir comiendo lasañas, albóndigas y hamburguesas de forma alternativa. Por otro lado, el tofu y el tempeh son otros dos productos muy naturales pero, en este caso, procedentes de la soja. Todos ellos los podemos elaborar en nuestra propia casa sin problema. Y luego también están las algas, cuyo consumo ha caído en el olvido a pesar de su naturaleza cercana; muchas de las que podemos comprar son mediterráneas. En la actualidad tenemos tres empresas del país que se encargan de recogerlas de nuestras costas, envasarlas y comercializarlas.

¿Son indispensables los productos biológicos?

Contienen menos químicos y por tanto es aconsejable intentar incorporarlos poco a poco y en la medida de lo posible, pero sin volvernos fanáticos. Los cereales y las legumbres se pueden encontrar en cualquier herbolario a la vuelta de la esquina a un precio que no es inaccesible. Quizás aún hay cierta dificultad para encontrar verduras biológicas, pero al igual que en otros países, seguro que se irán extendiendo cada vez más a medida que la gente vaya comprobando su valor diferencial. En el caso que no podamos comprar verduras de este tipo, siempre es preferible lavar bien y pelar las verduras convencionales antes de cocinarlas.

 Remar a contracorriente respecto a los grandes intereses de la industria alimentaria convencional parece una ardua tarea… ¿Es fácil caer en el desánimo?

La verdad es que llevan a cabo una tarea de marketing impecable, ojalá la pudiéramos aplicar nosotros… Es increíble la capacidad que tienen de encauzarnos en modelos erróneos a nivel colectivo. Para contrarrestarlo, lo único que podemos hacer es seguir adelante y buscar el cambio en uno mismo, dejando de fijarnos tanto en qué hace la sociedad o el vecino de al lado. Esto pasa por vivir la experiencia del cambio a nivel personal y que nuestro ejemplo pueda servir para inspirar y motivar a los que están a nuestro alrededor, contribuyendo a hacer la llama cada vez un poco más grande. Si uno cree en la paz, la luz y la armonía, no tiene que dudar de su capacidad para generar ese estado. No creo en la necesidad de hacer mucho ruido y sí en la de practicar con el ejemplo, cualquier otra cosa en este sentido es una pérdida de energía. Aunque no lo parezca, cada vez somos más gente y se está haciendo mucho…

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